La mejor razón para compartir.

Después de todo lo dicho, aún quedó en el tintero la mejor de las razones para compartir.Gracias a la Red he podido volver a leer algún libro que leí hace mas de 30 años y que estaban "desaparecidos" en las librerías. Ya no interesan comercialmente. Internet si que está protegiendo de manera práctica y directa la propiedad intelectual, haciendo que obras que ya no interesan a al mercado permanezcan en el tiempo...claro que las de otros, puede que también permanezcan, y bien desearían que desaparecieran para siempre.Compartir (lo que algunos se empeñan en llamar piratear) permitirá que no vuelva a pasar la barbarie de la Biblioteca de Alejandría. Ningún grupo, aduciendo una razón de pureza de pensamiento ( política, religiosa, filosófica...), podrá destruir lo que está distribuido en millones de ubicaciones de manera virtual, accesible desde un montón de medios...incluso fácilmente imprimible de nuevo de manera rápida, ocultable en una tarjeta microscópica, clonable a la velocidad de la luz.Internet, y esta es la razón por los que nunca la podrán "atar", nació en el ambiente militar, para permitir que en caso de destrucción total, aun existiera posibilidad de comunicación, de recuperación, de respuesta. Y como todo lo militar, su eficacia está basada en la simplicidad redundante.Señor "propietario intelectual" , si quiere que su obra no desaparezca, se olvide cuando a los editores ya no le interese ocupesé de poner pronto una copia al servicio de todos en la Red. Significará que aprecia su obra mas que su bolsillo.

Sobre el Pacto Educativo

La Educación debe desligarse por completo de la ideologia. Para el poder, educar significa posibilidad de condicionar, en la edad mas efectiva, para conseguir del indivduo unas respuestas, o ausencia de las mismas, ante unos estimulos que va a recibir el resto de su vida. Hoy conseguir un buen consumidor, apatico, socialmente docil y sumiso.
La educación debe centrarse en desarrollar las potencialidades y valores de cada persona, de manera que esa inversión revierta en un mundo cada vez mejor, mas unido, mas eficaz resolviendo las dificultades comunes. Hacer del niño, del joven, del adulto (por que la educación no acaba nunca) un ciudadano comprometido, solidario, curioso y sobre todo feliz será la máxima de cualquier programa. La imaginación será el motor del progreso. Aprender a comunicarse será la base de toda evolución social. Apreender que "yo soy" por que "todos somos", será, en definitiva, el principio y fin del buen programa educativo.

¿ PROPIEDAD INTELECTUAL ?

El debate está ahí fuera.
Para tratar de resolver el problema, es necesario distinguir dos conceptos bien diferentes: Propiedad intelectual y derechos de explotación comercial.
El primero, inalienable. Significaría el Derecho, yo diría, la obligación, de firmar una obra. Hacerse responsable de ella. Poder decir a todo el mundo: eso lo hice yo; que todo el mundo lo sepa.
El derecho a la explotación comercial, mucho menos prosaico, permite a alguien, intentar obtener unos buenos beneficios económicos de su obra; o de la de otro, si tiene su permiso.
Esta dualidad, que alguien quiere por todos los medios hacerla desaparecer, hacen necesarias normas éticas mucho sentido común. La autoría de una obra intelectual, sea canción, libro, teoría o nuevo diseño de motor, conlleva un concepto indiscutible: La creación humana es secuencial, esta basada en la creación y desarrollo de todo lo anterior. Por lo cual, el que cree, descubra o invente algo, tiene la obligación de hacerlo público, de ponerlo al servicio de los demás; para que en un futuro, otros al igual que él puedan seguir avanzando en el desarrollo humano. La sociedad en su conjunto, ha de articular los medios para que esa obra no desaparezca en el olvido, que sea accesible libremente en cualquier momento y desde cualquier lugar, de forma gratuita, generosa. Por otra parte, bien diferente, tenemos la explotación comercial, que debe conllevar un valor añadido (una cosa es una canción y otra un caja con un disco, una carátula y un díptico con las letras), y someterse a las leyes de la oferta y la demanda del mercado libre. Pongamos un ejemplo para verlo mejor:
El autor del "Codigo da Vinci" , escribió el libro basándose en las investigaciones y conocimientos de infinidad de personas anteriores (incluso del que inventó el alfabeto o el bolígrafo), yo diría que todo el pasado humano está implicado. Por tanto, el que exista una copia digital en Internet al servicio de todos sería una obligación, desde mi punto de vista, que se pueda difundir, comentar, compartir. Sin embargo el autor tiene todo el derecho a ser el único que se ponga de acuerdo con una editorial para fabricar un libro con pastas duras y foto en la portada y explotarlo comercialmente.
El autor de una canción, debe ponerla en la Red, para que todo el mundo pueda oírla, e inspirarse; aunque solo él tenga el derecho a fabricar cajas con DVD dentro añadiendo un videoclic, y un libreto con las letras. Podrá obtener beneficios dando conciertos, como parte de ese valor añadido.
Luego, aterrizamos en una realidad en la que los distintos actores sociales juegan su propio papel. Unos y otros intentan que se legisle según sus propios intereses. En un mundo eminentemente comercial, se intenta explotar económicamente cualquier producto. Una larga cadena de individuos tratan de vivir del mismo, hasta sus ultimas consecuencias. Algunos se agrupan en asociaciones a fin de a fin de tener mas peso en las leyes, y a veces lo consiguen. Otros se suben al carro de ganar dinero fácil, sin trabajar mucho, haciendo de recaudadores, presionando, coaccionando.
Sin embargo, este panorama pronto cambiará, e Internet tiene mucho que ver con ello. Sabremos que el cambio ha ocurrido cuando ningún actor, escritor, cantante, sea exageradamente rico, y sí muchos millones de ellos vivan bien de su trabajo. Cuando las hordas de intermediarios, tengan las siglas que tengan, hayan desaparecido y permitan un acercamiento real entre el creador y consumidor de cultura, cuando ambos retomen el protagonismo que les corresponde, el que fué o poco a poco"pirateado"por tantos y tantos "mediadores", que buscaron su propio medio de vida, del trabajo y dinero de los verdaderos protagonistas.
Mientras tanto Internet, por una parte, con su premisa inevitable de Compartir, y el mercado con sus Reglas naturales irán poniendo a cada uno en su sitio. Nadie podrá evitarlo, otro día te contaré por qué.

...y con un estornudo se fué la gripe...

Apareció con timidez en algún lugar de Méjico, con un nombre poco comercial. Estaremos de acuerdo que con el apellido "Porcina" no puede uno salir de casa sin exponerse a la mofa. Protestó, y con razón, la industria del Ibérico, ya que ésta sí ha demostrado su absoluta y sincera apuesta por la salud del genero "homo sapiens autenticus". Se cambió de nombre, ahora si, mucho mas publicitario y aterrador: N1 H1, poniendole delante la primera letra del abecedario, por si nuestra educación no hubiese ido más allá. Una rápida, y vieja, maniobra ya probada desató la "pandemia", eso sí , fue necesario redefinir el término para adaptarlo a los nuevos tiempos, por que si no, no salian las cuentas. Los "Medios" nos machacaron día y noche hasta conseguir que soñaramos con que un asqueroso virus con forma de nave extraterrestre abría su boca llena de dientes y nos consumía como si fuéramos una vulgar hamburguesa. Pero, por que tener miedo, nuestros estados, los del primer mundo, compraron el remedio en la "farmacia de la esquina", para casi todos. Los del segundo y tercero, pobrecillos, no sobrevivirán...pero haciendo un esfuerzo...igual podrian comprar lo mínimo imprescindible.Y una vez más, sí, otra más, hemos debido acertar conjurando el mal, por que cuando ofrecimos el sacrificio adecuado al dios menor (llenamos el bolsillo a las farm)..., en un instante, y al mismo tiempo, los "Medios" callaron,( la voz de los dioses se dejó de oir), no nos asustaron más con el coco, todo volvio a la "normalidad". Se acabó el presupuesto para el Gran Anuncio publicitario N1 H1...pero...otros "anuncios" siguen funcionando...¡mira la Tele hombre!